lunes, 29 de septiembre de 2008

Pruebas

Cuando fui a dar el examen de admisión para entrar al colegio alemán en Concepción, yo tenía cuatro años, o tal vez menos, y no abría la boca. Nada. Mutis. Ni para llorar. Yo en estado de congelamiento total. Freezing. Mi papá, estoico, con esta hija tan nerd, me llevó unas tres veces a dar el famoso examen. Hasta que lo di. Y creo que a punta de pitutos, porque el rector que me tomó el examen de admisión era cliente de mi papá, yo quedé en el colegio. Al principio me juntaba con un árbol porque mi personalidad no me daba para más. Luego, tuve amigos y un círculo social más o menos decente.
Y claro, como entré apitutada al colegio, el apitutamiento me pasó la cuenta y en octavo básico me echaron de una patada en el trasero del colegio. Me echaron porque me faltaron dos décimas para pasar una prueba maldita de gramática alemana. Ese año estudié como nunca con una señora alemana de unos 150 años pre segunda guerra mundial. La señora tipo señorita Rotenmayer me trataba de meter la materia en mi pobre cabeza de pollo de quince años. Los resultados: fuera del colegio.
Yo me deprimí. Y me sentí lo más tonta que había. Y pensé que el mundo se me venía abajo. Aunque tal vez, igual un poco feliz porque yo odiaba con el alma ese colegio torturador.
Pero, no todo fue tan malo. Porque llegué, apitutada también, obvio, porque al parecer todos los profes eran clientes de mi papá, a los SSCC. Y fui totalmente feliz. Fue trasladarse del invierno al paraiso en 5 segundos.
Cuando tenía 16 años postulé a un programa de intercambio para irme por seis meses a EEUU. Y justo justo ese año, postuló más gente de la que postulaba siempre. Por lo que, había que dejar a alguien afuera. Adivinen a quien dejaron afuera???? A mi!!!! Obvio! Patá en la raja, para afuera del grupo de seis meses. Todos mis amigos, con los que habíamos soñado subirnos juntos al avión, partieron raudos a EEUU y yo, en conce city, entera deprimida. Yo consideraba que seis meses era un buen tiempo para irse a vivir fuera de Chile a tan corta edad, pero, postulé al programa de un año, para así no tener que esperar tanto tiempo para irme en el próximo programa de seis meses, y por un año me fui a vivir a Kansas City. Y lo pasé increible. Con una familia igual de increible. Y me di cuenta que fue lo mejor que me hubiera pasado. El que me hubieran dejado abajo sin mayores explicaciones.
Luego, para hacer la historia corta, a los 29 me casé. Feliz y toda ilusionadisima. Y nos juramos amor eterno. Pero, cuatro años después, mi marido armó maletas y se fue con camas y petacas y yo me quedé de una pieza. Helada como iceberg. Llorando como Magdalena. En mi pijama de ovejas que habiamos comprado juntos en Kmart. Afirmada contra la pared. A las 7 de la mañana. Sin saber qué hacer. Qué hacía una en esos casos? Seguía la vida? Pero, cóoooomo? Pensé que me moría. Así de corto se los digo. Pero, tiempo después, apareció F y me di cuenta que había vida después de la muerte. Y bastante óptima también y feliz feliz.
Esta mañana partí a la clinica feliz de la vida. Entera ilusionada para comenzar un nuevo tratamiento. Y vaya sorpresa que me dan: un lindo quiste en el lado izquierdo. Conclusión, no se puede comenzar el tratamiento. Tengo que tomar anticonceptivos y esperar que el quiste funcional famoso se deshaga. Casi me morí. F me estaba esperando abajo. Comiendo feliz de la vida. Y yo llegué con una cara de funeral que no me la podía. Casi me pongo a llorar. Entonces llegué a mi casa y me puse a escribir este post. Y pienso y miro para atrás y espero que esta historia termine tan bien como el resto de las que conté. Me imagino que alguien por ahí está probando mi paciencia. Porque nunca tuve demasiada. Pero ahora si la tengo. Y voy a seguir en esto con mucha paciencia y obstinación. Aunque aparezcan quistes, aunque me tome tiempo, aunque me usen el nombre sin consideración alguna, incluso, con estas circunstancias que me han tocado.
Así es que, hija mia, a ti te dedico este post, y te pido por favor, una vez más, que comuniques por allá arriba donde estás, que ya no me hagan esperar tanto. Y también te pido a ti A, que te fuiste antes que yo, por favor, intenta interceder en esta causa. Si es que se puede, claro. Porque tampoco estoy muy segura si es que puedes interceder. Una vez me dijeron que tú no intercederías por mi porque cuando estabas en este plano terminamos sin hablarnos si quiera. Y nada que ver nosotros dos. Pero yo sé que donde tú estás, el amor trasciende a cualquier tema terrenal que tuvimos acá. Eso me lo dijo F ayer. Y yo a F le creo.
A seguir sorteando pruebas...ufffffffffffffffffff

viernes, 26 de septiembre de 2008

Detox

Para el 18 fui a Concepción y me comí aproximadamente un corral entero de vacas. Pobres vacas. Me las devoré. Al igual que los pollos del otro día. No hay nada que hacer conmigo. Me he convertido en una carnivora. Antes, no comía nada de carne. Pero naaaada. Ni siquiera la carne camuflada que viene adentro de una lasaña. Tampoco comía alimentos enlatados, ni tomaba bebidas gaseosas, ni nada que contuviera amarillo crepúsculo ni colorantes. También le hacía el quite al azúcar y a las harinas refinadas. En resumidas cuentas, era entera aburrida. Lamentablemente esta etapa de monje tibetano la viví en parte en EEUU por lo que no pude disfrutar como disfrutaría ahora esas comidas grasientas y exquisitas, carnes asadas y postres llenos de azúcar que pasaban por mi lado y yo con religiosa devoción rechazaba. Claro que de todos modos me comí toda los platos thai que pusieran al frente mio, asi como los 8 mil sushi rolls que ingerí y falafel sandwich que tarde por medio le compraba al señor de El Libano que tenía su mini tienda al frente de mi departamento.
Distinto fue cuando estuve de intercambio en Kansas City. Y yo tenía apenas 17 primaveras y engullí todo lo que me pusieron por delante. Lease: todo. No discriminaba. Engordé como nunca. Yo soy flaca y nunca engordo. Pero ese año viviendo con mis padres gringos que comían peor que Los Simpson, engordé como nunca. Tomaba desayuno a las 7 de la mañana. Cereales, pan, leche, donuts. Antes de entrar a clases de historia que era mi primera clase en el colegio -uno público que era mejor que cualquiera privado que haya acá en Chile. Cancha de tennis, piscina olimpica, golf, salas de video, cámaras de televisión, sala de radio. IN CRE I BLE- pasaba a la cafetería y me aperaba de snacks para sobrevivir hasta las doce del día hora del almuerzo y momento en que me devoraba una pizza, una hamburguesa, una coca cola y el resto del almuerzo de mis amigos. Lo mismo seguía haciendo durante el resto del día y del año: comer. Y, apenas pisé suelo chilenos al bajarme del avión, bajé inmediatamente esos kilos de más. Sin hacer dieta ni nada. Nuna he hecho una dieta en mi vida. Fue sólo el cambio de comida.
Años después me dio por no comer carne. Y me puse de lo más sana que hay. Aburrida. O como quieran llamarle. Ahora como de todo. O casi todo. Aunque a veces me viene la obsesión de monje tibetano nuevamente y me pongo a tomar litros de té verde. Porque por Dios que tomo té verde. F me odia de tanto té que tomo durante el día. Me mira con cara de: y a esta qué le pasa que circula todo el dia con un litro de té para acá y para allá. Para acá y para allá. Pero el pobre ya está acostumbrado a mirarme con esa cara últimamente porque mi carácter ha estado de lo más volatil.
El té verde forma parte de la dieta de desintoxicación que estoy haciendo producto de tanta pobre vaca que me comí. Por estos días estoy a punta de verduritas y té y verduritas y ensaladitas. Demasiado aburrido. Seguro me dura hasta mañana que es sábado. Aunque me imagino que, por lo menos, hará bien comer sano durante al menos 24 horas. Quién sabe.
Veamos hasta cuando me dura la dieta detox post 18. Por ahora voy a seguir viendo el Jetman. Yo estaba mirando el debate gringo pero F está obsesionado con ese señor que cruzó el canal de la mancha volando. Al más puro estilo pájaro. Y yo acá escribiendo este post. Cada loco con su tema.
Feliz primavera para todos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
:)

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Nombre

Yo no tengo hijos. Pero tenía el nombre. El nombre escogido hacía mucho tiempo atrás. Yo fantaseaba con el nombre. Lo escribía y lo decía en voz alta. Y claro, la hija se ha demorado en llegar (porque es un nombre de mujer), y se ha demorado y se ha demorado. Y yo, con infinita paciencia que he tenido que aprender a cultivar, la espero. Porque sé que va a llegar.
Tengo dos amigas con las que seguíamos este tema del embarazo. Cada mes esperábamos juntas para saber si estábamos o no. Sufríamos, llorábamos y nos estresábamos. A veces, hasta nos reíamos. De la pura tensión supongo.
Y cada una de nosotras, también, tenía su nombre reservado. No teníamos hijos. Pero teníamos nombres. Y hablábamos de ellos. Como si hubieran existido.
Olivia era el mio. Todas sabían que ese era mi nombre. Digamos que teníamos un acuerdo tácito al respecto. Nadie tocaba el nombre de la otra.
Finalmente, una de estas amigas quedó embarazada primero. Y sorpresa, era mujer la criatura. Todas muy contentas aunque también bastante deprimida yo porque nada de nada, celebramos este embarazo comiendo sushi y observando la primera ecografía. Y el nombre que su madre tenía destinado para esta niñita de hacía tiempo ya, al padre, marido de mi amiga, no le gustó. Por lo que, sin dudarlo, comenzamos a buscarle nombres nuevos. Encontré muchos. Y se los mandé por mail. Pero, vaya que casualidad, me da la gran noticia, notición, que le va a poner a su hija Olivia porque a su marido le encanta el nombre y a ella, obvio, también. Le dije que no. Que por favor no lo usara. Pero ella, lógico, no se movió ni un centimetro de su decisión.
Entonces me puse a llorar. Y lloré practicamente una tarde entera. No podía parar. F me intentaba consolar. Y yo, dale que dale llorando.
Lloré porque ese era MI nombre. MI NOMBRE. La madre de la criatura x nacer, me dijo qeu daba lo mismo, que las dos se podían llamar igual y bla bla bla. Pero yo no he podido superarlo. Yo me muero de la pena y me duele en el alma, porque mi hija ya no se va a llamar Olivia. Porque su nombre se chacreó. Fue contaminado con malas vibras antes de nacer. Fue motivo de conflicto y yo ahora ya no le quiero poner así. Tal vez son las hormonas que me han puesto. Tal vez estoy demasiado sensible. Tal vez dé lo mismo. Pero a mi me hizo tremendamente mal que me hayan robado mi nombre que yo hasta cariño le tenía. Yo sé que no tengo la propiedad intelectual de aquel nombre, pero era un acuerdo implícito entre las tres.
Ay que pena me da, Olivia hija mia, ya no te llamarás así, pero por favor apúrate en venir que te estoy esperando, ahora con un nombre mucho más bonito y único. Ven rápido por favor antes que me sigan robando tu lindo nombre !!!!!

lunes, 8 de septiembre de 2008

Soy valiente

Me creo la muerte porque hoy por primera vez en mi vida me puse una inyección. En la panza. Me sentí increíble. Y me doy cuenta que la necesidad hace que uno pueda hacer las cosas que antes jamás pensó que podía hacer.
Resulta que F me las ponía. Pero hoy le dio con que la aguja no entraba y estaba mala. E intentó dos veces y no la pudo poner. Entonces le dije: pasa para acá, correte, déjame a mí....él se fue para otra pieza y zás, me la planté. La aguja entró enterita enterita. Fue raro. Desapareció en mi rollo. Y fue ahí cuando le tiré todo el liquido para adentro. Me dolió un poquito. Pero después me sentí excelente. Me sentí capaz de todo. Nunca tanto como para hacer un transplante de corazón, pero si me sentí bastante bien porque yo realmente pensé que no podía. Ni loca me la ponía yo.
Soy valiente. Me creo la muerte.
Ahora estoy más tranquila y programando mi viaje al sur. El viernes tenemos entradas para el Cirque du Solei y de ahí, para Conce los boletos. A descansar. Espero poder hacerlo porque entre tanta actividad social y familiar en conce city, a veces termino más cansada que acá en Santiago.
La semana pasada me vi casi enterita la convención republicana. Ahora todo el mundo sabe quien es Sarah Palin (la mujer que Mc Cain eligió como vicepresidenta). Antes no la conocía nadie. AHora la conoce todo el planeta. Pero todo. La Palin fue reina de belleza y sale a cazar alces en Alaska. Cómo alguien puede esconderse detrás de un árbol y dispararle a un pobre alce? x dios santo qué le pasa por la cabeza??? La Palin es miembro de la asociación del rifle. qué diablos es la asociación del rifle???? La Palin tiene un hijo de 19 años que por estos dias se va a Irak. Cómo alguien puede estar feliz y tranquila si su hijo se va a Irak????? La Palin ama la guerra y encuentra fantástico que EEUU esté en Irak. Ella lo encuentra casi orgásmico y considera que es practicamente una misión divina el ir a matar iraquies. Mc Cain basa su campaña en los años que estuvo prisionero en Vietnam.
Yo no entiendo nada. No entiendo a los republicanos. Y su manera tan bélica de pensar. Y sus guerras y su imagen cartuchenta que proyectan. Y la pobre hija de la Palin que tiene 17 años y está embarazada producto de su calentura de adolescente y la ponen en la convención con el novio extra niño que tiene que no supera los 18 años. Los ponen en exhibición para demostrar lo solida de su relacion que va directo al altar.
También me vi la convención demócrata. Obvio. Porque yo soy una hija adoptiva de ese pais y me interesa todo lo que ahi pasa. y Veo a Obama y su señora afro americana y sus niñitas afro americanas saludando felices a la multitud. Y me impacta cómo ese pais tremendamente racista ha avanzado tanto cuando hace cosa de 50 años atrás no dejaban a los pobres negros sentarse en las micros ni ir a clases con los blancos- de una pata en el trasero los sacaban de los lugares exclusivos para blancos. Recuerdo a Rosa Park que es como la madre de los derechos civiles. Corria el año 1955y ella, dignamente, y muy firme con sus ideas, no se quiso parar del bus en que viajaba para cederle el asiento a un white. Tremendo batahola que se armó. Dos años después, nueve estudiantes negros tuvieron que entrar al colegio resguardados por el mismisimo ejército para protegerlos de los insultos y los ataques de los white. Estaban recien adoptando la politica de mezclar a blancos con negros para estudiar.
Y aqui tenemos ahora a Obama, muy negro y muy guapo casi llegando a la mismisima casa blanca.
Tremendo avance.
En el día de tu cumpleaños, este post te lo regalo a ti. Con todo mi cariño. Todo todo. Y todo.

lunes, 1 de septiembre de 2008

desapego

Estuve en Concepción visitando a la familia y especialmente a las maravillas. Me tocaron dias de lluvia. Y cuando digo lluvia, creanme que fue asi: una lluvia intensa que, reconzco, me asustó. Es que realmente llovía como nunca. Casi se me cae el techo de tanta agua que golpeteaba sin parar. Pero a mi me encanta la lluvia. Me encanta el olor a tierra mojada. A pasto, a bosque que sólo allá puedo encontrar.
Los días en el sur, como siempre, se me pasaron volando. Mi maravilla mayor me abrazaba y me decía que no me volviera a Santiago. Que me qeudara un poco más. Y me quedé un poco más: cambié mi pasaje y en vez de regresar el jueves, regresé el sábado. Las maravillas están deliciosas. Para comerselas. Cómo las extraño cuando me voy. Me toma un par de días acostumbrarme a estar sin ellas.
Ya quiero volver. Ahora con mi F. A él le encanta ir a Concepción. Le encanta el campo y armar huertas. Comprar semillas. Podar las plantas. Rescatar a las abejitas de la piscina y hacer pebre con mucha cebolla.
Lo cierto es que ahora que estoy de vuelta en Santiago, he pensado mucho en el tema del desapego. Y creo que es algo que tengo que trabajar. Porque me cuesta mucho. Me cuesta, extraño y sufro. Siempre me ha pasado. Cuando viví en EEUU lo pasé increíble. Tuve amigas que hasta el día de hoy son mis mejores amigas. Viajé. Me metí en cuanta actividad encontré. Hice clases de español, cuide niños que eran unos monstruos, hice de chofer. Hice trabajos voluntarios para niños latinos que venian llegando a EEUU y me enamoré de uno gordito que se llamaba Alfredo y que no entendía ni jota de inglés. De español, más o menos no más.
Lo hubiera metido a la maleta y me lo hubiera traido conmigo.
Pero, a pesar de todo, extrañé. Será normal?
Cuando llegué a instalarme a Santiago, me costó un tiempo acostumbrarme a estar acá. Hasta que me acostumbré. Porque al final uno siempre se acostumbra. A menos que me vaya a vivir a Dubai, allá será más dificil o no?
En fin, así y todo, estoy traumada con el tema de la partida. De la muerte. Me trauma pensar que en cualquier minuto alguien que quiero ya no va a estar más acá. En este plano. Y me viene el pánico. Entonces, en ese momento de pánico, me voy derecho a leer mi libro de cabecera: el libro tibetano de la vida y de la muerte que tan atinadamente me lo regaló mi F en enero de este año. Y lo leo y lo leo y lo re leo. Tengo que encontrar una respuesta a tanta pregunta que tengo. Ahí la encuentro. Y me tranquilizo por un rato.
Después leo el diario y veo que nueve niñitas de 15 años se mataron en el norte en un accidente en bus. Y pienso en mis maravillas. Y pienso en mi hermana. Y pienso en la gente que quiero. Y me da terror. Pienso, también en la gente que ha partido, y me trauma también eso pues hay partidas que aún no me las creo.
Por lo que, nuevamente, entierro mi cabeza en mi libro. Y leo la parte del desapego. Y sé que lo tengo que practicar. Ya que pendemos de un hilo tan fino que en cualquier momento se puede cortar.
Y me repito esta frase una y otra vez: somos seres espirituales viviendo experiencias terrenales. Por un ratito no más.