
Con Felipe estamos con el síndrome del nido vacío. Luego de dos semanas, mis sobrinas partieron para Concepción el domingo. Ellas, felices, se fueron con mi hermana y mi cuñado a su casa y nosotros, al borde de las lágrimas, nos quedamos con esa sensación de que algo falta en la casa.
Yo tuve un perro. Mi perro se llamaba Gaspar y era un Basset que se creía humano. Los Basset son los Hush Puppies por si alguien no lo sabe. Gaspar era guapísimo y su pasatiempo favorito era comer. Todo lo que le ponían por delante. Gaspar vamos comiendo pan, pasteles, carne, manzanas y de muy mala gana, su comida perruna. A Gaspar lo mandé de intercambio cuando me fui a vivir a Estados Unidos con personaje. Gaspar se fue donde una familia que lo adoraba y yo, desde St. Louis, no paraba de echarlo de menos y de llamarlo por teléfono. Díganme loca, pero es verdad. Yo llamaba a Gaspar por teléfono.
Cuando regresamos a Chile y nos vinimos a vivir a Santiago, personaje no quiso volver a integrar a Gaspar a la familia diciendo que meaba la alfombra, que su ropa de llenaba de pelos y que la casa olía mal. Total que Gaspi se quedó con su familia de intercambio y yo me quedé sin perro que me ladrara.
En febrero lo llamé para ver cómo estaba y recibí la siguiente respuesta de parte de su padre adoptivo:
Gaspar está en el cielo.
Lloré toda la tarde. Toda la noche. Sentí que había sido una mala madre. Que no me había preocupado lo suficiente de mi hijo perro.
Gaspar había muerto en su ley: jugando. Persiguiendo a un perro. Con sus orejas al aire y sus pequeñas patas. Corriendo detrás de un amigo. Ladrando hasta quedar casi sin ladrido. Justo ahí, en pleno juego, Gaspi cayó desplomado. El corazón le dejó de latir y se fue al cielo de los perritos.
Todos los días me acuerdo de él y le hablo. Quién sabe? De repente me escucha desde su nube con forma de hueso.
No sé si podría tener otro perro. Menos en departamento. Es una pega grande.
Siento que el momento de aumentar la familia ha llegado. Hace tiempo que lo estamos pensando y ahora estamos más convencidos que nunca. Ya veremos qué pasa....