lunes, 14 de enero de 2008

PAP


Esta tarde me voy a ir a hacer un Pap. En este momento no estoy asustada, tal vez más rato sí.
La verdad estoy metida en un cuento que quiero terminar hoy y eso me tiene totalmente distraída.
Acá les pongo un reportaje que hice con respecto a este tema del Pap y que salió publicado en la revista Mujer de la Tercera hace ya más de un año.
Enjoy and learn!

Mi Pap dio positivo,
¿y ahora qué?

Al comienzo, la noticia puede parecer devastadora. Ante este panorama, el mejor consejo es no alarmarse demasiado. No vale la pena. En la gran mayoría de los casos las lesiones encontradas en este examen son de fácil tratamiento. La gracia del Pap está en encontrarlas antes que se conviertan en cáncer propiamente tal. Por eso, su vital importancia. A mí me pasó y esta es mi historia.

Me subí al auto con la absoluta convicción que todo estaba bien. No podía ser de otro modo. Me habían advertido que si el examen salía malo, no dudaban en llamarte para que te cuadraras de inmediato en la consulta del doctor. No puedo negarlo: durante una semana me preocupé cada vez que sonaba el teléfono pensando que seria la gente del laboratorio. Sin embargo, el tiempo pasó, nadie llamó y yo me relajé. Ese día almorcé sushi con una amiga. Recuerdo que fue sushi pues fue la última comida que pude ingerir en ese apacible estado de tranquilidad y armonía que cuando lo pierdes piensas con nostalgia si algún día lo podrás volver a recuperar. Luego de aquel almuerzo vendrían días de comidas inconclusas, ausencia parcial de hambre y un par de kilos menos. Cuando de crisis se trata, mi sistema nervioso siempre juega en mi contra.
Considerando que tenía un rato libre en la tarde y que ya habían pasado unas cuantas semanas, decidí que ya era hora de ir a buscar el resultado de mi Pap. A esas alturas un mero trámite sin demasiada importancia. Un escollo que superaba con éxito en mis propósitos para convertirme en mamá. Exámenes limpios, sinónimo de luz verde para embarazarme con tranquilidad. Con bastante vergüenza y una cuota no menor de irresponsabilidad, confieso que este Pap era el primero que me realizaba en mis treinta y tres años de vida. Interrogando después a otras mujeres de edad símil a la mía, he podido descubrir con bastante sorpresa que, lejos de haber sido la única, son varias las que, igual de inconscientes que yo, jamás se lo han hecho. Sorprendente. Ahora lo sé. Indagando un poco más sobre los motivos de aquel atentado contra uno misma, descubro que las razones son casi las mismas que las que tuve yo en su momento: un temor casi patológico de ir al ginecólogo y, peor aún, que te descubran una enfermedad muy, muy grave. Una vez más, sorprendente. Yo fui porque no me quedaba otra. Si quería ser mamá, no podía pretender que una cigüeña viniera a entregarme la guagua a la puerta de mi casa. Claro, la idea no deja de ser bastante atractiva. Escribir a París y tiempo después, recibir a un crío adentro de un canastito. Pero las cosas, claramente, no funcionaban así, por lo que, con todo mi pesar y mis miedos, fui.

Malas noticias

Como es costumbre, me entregaron el resultado en un sobre, el cual, no sé por qué, no quise abrir hasta que me subí al auto. Me imagino que quería estar sola para leer lo que aquel pedazo de papel tenia que contarme. Con el motor andando, y todavía estacionada en el mismo lugar, sentí cómo me suspendía en el aire, en una dimensión hasta entonces desconocida para mí. La dimensión de un miedo tan fuerte que te llega a paralizar por fracción de segundos, de incertidumbre por no saber qué es lo que tienes, qué te va pasar. Inevitablemente, la palabra cáncer se te viene a la cabeza.
De inmediato llamé a mi ginecólogo, y le leí el resultado de mi Pap: presencia de células anormales concordantes con lesión de alto grado (NIE II ó NIE III). Se sugiere colposcopía y biopsia. Cuarenta minutos después, acompañada de mi marido, el doctor nos explicaba, lo que aquello, que para mí parecía chino, podía llegar a significar. Digo podía, porque, mientras no me hiciera los exámenes de rigor, nada estaba demasiado claro. Debía derivarme a un médico especialista en ginecología oncológica. La palabra oncólogo ya me ponía los pelos de punta. Esa noche, de más está decirlo, apenas pude dormir.
Mi intención siempre fue salir rápido de esto, por lo que sin pensarlo dos veces, al día siguiente me presenté puntual y sumamente nerviosa, en la consulta del doctor Alberto Selman Ginecólogo Oncólogo de Clínica las Condes, el especialista encargado de realizarme la colposcopía. En palabras simples, el colposcopio es una especie de lupa que permite ver en detalle y de manera integra el cuello del útero, y las posibles lesiones que ahí se pueden encontrar. Una vez que el médico encuentra estas lesiones sospechosas, procede a tomar muestras de ellas, o sea, la famosa biopsia. El proceso en total dura unos treinta minutos, no duele, pero sí resulta un poco incómodo, como es de suponer.
Una semana tuve que esperar el resultado de la biopsia. Si bien mi nuevo doctor procuró mantenerme tranquila señalándome que lo mío, lo más seguro, no se trataba de cáncer si no que de lesiones premalignas o precancerosas llamadas neoplasia intraepitelial (NIE) o displasia cervical- esto es el desarrollo de células anormales en la capa epitelial, es decir, en la superficie del cuello del útero, lo cual en la mayoría de los casos se produce por la presencia del virus Papiloma Humano- yo no pude estar tranquila hasta el día que me entregaron la biopsia donde se confirmó que tenía una displasia de alto grado o NIE II.
Eran tres los tratamientos a los cuales podía optar debido a mi condición. Junto al doctor Selman y su infinita paciencia y serenidad para contestar una y otra vez mis dudas, las cuales no eran pocas, analizamos cada uno de ellos: la crioterapia, donde a través de la utilización de nitrógeno líquido se congelan las áreas dañadas. El tratamiento con láser, que es el uso de un rayo de luz intensa para destruir las células anormales, y por último un procedimiento que se llama cono LEEP (procedimiento de escisión electroquirúrgica con asa) o conización del cuello del útero. Mientras la primera de las alternativas se lleva a cabo en la consulta del ginecólogo, las dos últimas se realizan en pabellón, con anestesia local regional o general dependiendo de las preferencias del equipo médico y del paciente; por lo general el procedimiento es de carácter ambulatorio. La conizacion cervical, es un proceso rápido que, como la colposcopía, no dura más de treinta minutos. Durante el cual el médico extrae en forma de cono el tejido dañado con un margen de tejido sano alrededor de la zona enferma, usando corriente eléctrica pasada a través de un arco de alambre delgado para cortar. Además de sacar el área lesionada de manera íntegra, ésta se manda posteriormente a biopsia, lo cual hace del LEEP el mejor tratamiento y diagnóstico para displasias de alto riesgo y fue el procedimiento que, con las directrices de mi doctor, escogimos.

Totalmente curada
Si yo hubiese seguido con mi actitud irresponsable de no hacerme la prueba del Pap, distinto final hubiera tenido esta historia. Si bien es cierto que no todas las displasias cervicales terminan en un cáncer, muchas de ellas, y sobre todo las de alto riesgo, sí lo hacen. Es un proceso lento y silencioso. Estas lesiones premalignas no producen síntoma alguno, la única posibilidad de revelarlas a tiempo es a través del análisis de células presentes en el cuello del útero. Es por esta razón que, sin exagerar, el Pap es de vital importancia para descubrir de esta manera células anormales antes que se transformen en cáncer. Toda mujer mayor de dieciocho años o que haya empezado su vida sexual, debe hacerse este examen una vez al año. No hay excusas que valgan.
La cirugía que me realizaron resultó todo un éxito. La biopsia confirmó los mismos resultados que antes habíamos tenido. No me voy a hacer la valiente ahora ni voy a negar que al entrar a pabellón mi nivel de nerviosismo era tal que no podía articular palabra alguna, ni tampoco dejar de tiritar. Nunca me habían operado. La experiencia me resultaba, en gran medida, escalofriante. Me daba susto la anestesia y no despertar más. Claro, mis miedos fueron infundados. Una hora después desperté sin problemas, no sentía dolor y lista para descansar. Todo había pasado. Las lesiones precancerosas que tenía en el cuello del útero ya eran historia. Podía estar tranquila y agradecer la suerte que tuve. Los días posteriores a la cirugía experimenté un leve sangrado, el cual es absolutamente normal. Después de alrededor de una semana, dependiendo de la persona, por supuesto, cesa. Lo importante es que ahora estoy sana y dentro de unos tres meses aproximadamente podré volver a pensar en embarazarme.
El hecho de que me hayan descubierto aquellos tejidos anormales podía equipararse a haberme ganado el número de la Lotería. Dentro del próximo año debo controlarme cada seis meses para verificar que estas lesiones no vuelvan a aparecer, luego el control se hace anual. Y si volvieran, ya sé que no es el final del mundo. El proceso es tedioso, pero se sobrevive. Lo importante es no dejarse estar para que las lesiones no se transformen en cáncer propiamente tal. Cuando éste se presenta es cuando las células anormales han sobrepasado la capa epitelial superficial del cuello del útero (han invadido el tejido subyacente atravesando la membrana basal de este epitelio). Es importante destacar que en algunos casos los resultados del Pap no son cien por ciento precisos. Un resultado falso positivo, por ejemplo, ocurre cuando a una paciente se le dice que tiene células sospechosas de malignidad cuando en realidad no lo son. Por otro lado, un resultado falso negativo detecta sólo la presencia de células normales cuando la verdad es que existe una lesión. Es por esta razón que se recomienda el Pap anual para aumentar la sensibilidad del examen y de esta manera reducir los resultados falsos negativos.


Silencioso virus
Generalmente la presencia de displasia cervical así como el cáncer del cuello del útero, es generado por la existencia del Virus de Papiloma Humano (VPH), un grupo de más de setenta genotipos de virus, los cuales se transmiten casi siempre sexualmente (incluso con el uso de preservativo) y puede ser absolutamente asintomático. Las cifras señalan que un cuarenta por ciento de la población joven es portadora, pero sólo en un pequeño porcentaje de ella llega a manifestarse de manera clínica, para lo cual puede tomar años en hacerlo. Esto va en estrecha relación con la respuesta inmunológica de cada organismo, es por eso que, una baja de defensas, puede desencadenar el brote de este virus. Algunos causan verrugas o papilomas (tumores benignos) y otros están relacionados al desarrollo de lesiones premalignas y malignas de los órganos genitales externos. Actualmente se están estudiando vacunas para prevenir las lesiones precancerosas y cancerosas vinculadas a algunos genotipos de estos virus. Mientras tanto, lo único que se puede hacer es educar a la población expuesta a prevenir el contagio viral a través de conductas sexuales responsables. Además, promover campañas de detección precoz en controles preventivos de salud y toma de un simple examen como es el Pap.


Recomendaciones:
- No entrar en estado de pánico. Ante un resultado de Pap positivo lo peor es desesperarse antes de tiempo. Las displasias, en cualquiera de sus formas, sea ésta NIE I, II, III o carcinoma in situ (cáncer limitado a la capa superficial de células que reviste el cérvix), son de tratamiento bastante simple y eficaz. Incluso en las lesiones muy iniciales, muchas veces se opta sólo por la observación y seguimiento riguroso del paciente. Si después de un tiempo prudente la lesión persiste o progresa, se procederá a tratarla, sin embargo, muchas veces desaparece por si sola.
- Tratándose de estos casos, donde uno se encuentra desorientada, vulnerable y con una cuota importante de incertidumbre, es muy importante buscar un especialista que, además de destacar como excelente médico, sea un ser humano que entregue confianza, seguridad y mucha calidez. Es necesario crear una buena empatía con él. No se debe tener vergüenza en preguntar todas las dudas que vayan surgiendo, por muy tontas que parezcan.
- No indagar demasiado sobre el tema. Si se busca en Internet, hacerlo sólo en sitios serios y oficiales. Es mucha la sobrecarga de información. Al final confunde aún más. En definitiva, lo mejor es quedarse con lo que dice el médico de uno. Tampoco es conveniente escuchar demasiado lo que dicen los amigos, parientes y conocidos. Cada uno cuenta una historia distinta con lo que, nuevamente, confunden y nos dejan peor.
- Como en todo orden de cosas, tratar siempre de mantener una mentalidad positiva y confianza en que todo va a salir bien. Nada es tan malo como parece, sobre todo cuando hablamos de lesiones premalignas e incluso cuando el cáncer está presente. Recordar, por último, que si todas las mujeres se realizaran el Pap con la regularidad que requiere, la mayoría de estas lesiones precancerosas se descubrirían y tratarían a tiempo, evitando así el desarrollo de un cáncer invasor.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

na'.. nada que preoparse.. el pap es un examén de rutina anual en la que cada mujer debería hacercelo..

Al menos.. yo lo hago así.. y hasta el momento todo ok..

Así que nada de asustarse..

Saludos!

Lulu Murillo dijo...

Te felicito por haber hecho este post... así llegará a más personas tu mensaje y tu experiencia, pero sobretodo, tus ganas de compartirla.
Bien amiga y ánimo!

JAVI dijo...

Ánimo y muy buen artículo,te felicito.
Ayer Domi lloraba por su ruchhhhhhh y yo le dije a Edi que si él lo tenía y Agu dijo,es la culpa de la Constanza,ella lo perdió!!!Te han hechado harto de menos y están muy contentas porque vienes.

Resiliente dijo...

Que tema el pap, porque hacerlo lo tenes que hacer como rutina anual pero cuando te lo hces caes en la cuenta que tal vez... y si, siempre existe la posibilidad pero lo improtante es ser consciente y no dejar de hacerlo. besos.

Pía Bórquez dijo...

en realidad este articulo ya lo leí cuando lo publicaste y me pareció muy bueno.
otra cosa (post anterior)
!!!que buena ver tu libro!!!!!!!!!!!!!

Víctor Hugo dijo...

Qué increíble llegar a tu blog... tengo una amiga que está pasndo lo mismo que describes... pero todavía no tiene el resultado de la biopsia

Le voy a recomendar tu blog
saludos! y gracias por lo que escribes!

Paula... Andrea dijo...

Hola............

ya me contó Víctor Hugo de tu blog.

Yo espero el resultado de la colposcopía y biopsia el viernes y enseguida tome hora con mi doctor.

La verdad estoy confiada y después de leer tu post también.

Yo me hago mi papa hace años y es primera vez que parece algo raro.

Veremos que pasa.

Cariños!!!!!!!!!!!!!!!!!!

La Decapitada dijo...

Uf Constanza, yo escribi sobre lo mismo antes de fin de año y todavía no voy. pero antes de leer tu mail, acabo de pedir hora. Gracias por remecerme, igual me cago de miedo, como todos los años.

 kotto dijo...

el año que recién pasó viví de cerca el tema del cancer... la mamá de mi hijo, se lo detectaron precisamente con ese examen a principios del 2007
estuvo todo el año en una dificil y dolorosa recuperación (con operación incluída)

Hoy en día ella esta recuperada y a pesar que los médicos le dieron de alta.. las secuelas psicologicas quedan, por que vive con el temor que el cancer se presente nuevamente en su vida...

Es muy importante que las mujeres se hagan este examen, si bien la mamá de mi hijo se lo hizo, se lo hizo muy tarde según los especialistas......


cariñoss

clauarroyo dijo...

Constanza, aunque no lo creas estuve más de una hora esperando que abrieran la librería en que compro, porque quería leerlo en la playa, pero nunca la abrieron, por lo que lo compraré en otra, demasiado leal a una librería muy especial en el mall de Reñaca por si alguna vez pasas, es chiquitita y acogedora.
Con respecto al Pap escribí hace rato un post de lo difícil que es ir al ginecólogo. El mio está en Santiago y es oncólogo, por lo que relataste era muy familiar, de hecho me hizo una crio por una úlcera después de un embarazo. Mi mamá tuvo una NIE y nada del otro mundo. El artículo lo leí en su momento y ahora me entero que lo escribiste tu. Ahora entré a dique y me falta la mamografía.

Muchos cariños.

markín dijo...

A menera de experiencias, al son de ejemplos, ingresan mejor en la mente de quienes leen.

Puros descuidos, pensando que no, que con uno no s la cosa.

Buen texto informativo.

chau.

Alleta dijo...

Que importante que hayas hecho este post. Yo me hago mi chequeo anual, desde hace tiempo. Increible que a veces seamos tan descuidadas con nuestro propio cuerpo.
Suerte!!!

cc dijo...

Hola Constanza;

Realmente estoy muy asustada pq tengo un problema similar me hicieron una conización con ASA LEEP y hoy me dan el resultado, estoy muy positiva y ahora gracias a tu publicación estoy mas traquila, Dios te Bendiga.- CC